Después de la muerte de su padre, Daniel Servitje Montull escribió una carta a sus trabajadores en la que comparte un recuerdo que lo marcó como persona: “tuve la fortuna de ser educado por un papá con mucha experiencia. Tal vez por eso, me tocó menos disciplina y más conversación, lo que me permitió hacerme de ideas propias y tener una relación, que siempre sentí de uno a uno”.
El Grupo Bimbo es un proyecto de vida, como lo consideraba Lorenzo Servitje, y Daniel, su hijo menor, lo lleva en la sangre: “el legado va más allá de la rentabilidad o de la utilidad de los accionistas, más bien es una aventura con el objetivo de servir o de innovar”, dijo en una entrevista al lado de su padre un año antes de que este falleciera.