Uno de los retos que tienen tanto las agencias como las marcas es buscar la profesionalización de la Promotoría, ya que el trabajo y ejercicio de un promotor no es como lo era hace 25 o 30 años: simplemente sacar inventario de bodegas, colocarlo en un anaquel, exhibirlo en alguna tienda departamental.
Ahora la Promotoría tiene que ver con un trabajo físico, pero mucho más pensante desde el punto de vista de la negociación, criterio y juicio lógico para saber y entender qué es lo que se está requiriendo en el cumplimiento de este trabajo.
“El reto para los promotores es verdaderamente prepararse, estudiar todo lo que tenga que ver alrededor de su trabajo: técnicas de negociación, conocer las cualidades y características del producto, dominar lo que puede ser la ejecución de planogramas, de exhibición, de todo lo que es la colocación de un display, material POP, y sobre todo estar atento para retroalimentar a las marcas respecto al acontecimiento que se está suscitando en el punto de venta”, dijo Alfredo Hernández Ortega, presidente de Grupo Prom.
Bajo la misma línea, Francisco Boy, director general Promerc, augura que la promotoría en los próximos años, además de asegurar la ejecución correcta, deberá ser la principal fuente de información confiable y en tiempo real de lo que sucede en el punto de venta, “esto deberá capitalizarse por la marca para diseñar las estrategias de Marketing correctas acorde a las necesidades del mercado”.
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