Las cadenas comerciales se están topando con una gran tarea a la hora de analizar la información, ya que primero deben decidir qué tipo de información les es útil, qué tipo de combinaciones de data sería relevante hacer para obtener qué tipo de insights y sobre todo, qué decisiones tomar frente al consumidor, para poder ofrecer el producto o servicio adecuado para sus necesidades, las cuales pueden cambiar de un momento a otro.
Ahora bien, cuando esta actividad utiliza el análisis de Big Data para entender estas necesidades del consumidor y a cada consumidor, se generan estrategias y acciones tácticas que llevadas a la implementación tienen como consecuencia el éxito ante el shopper a la hora de elegir una marca u otra. Para lograrlo, las cadenas comerciales dependen menos de ciclos de productos cada vez más cortos para voltear a diferenciadores mucho más duraderos de la relación, basados en la experiencia del cliente, todo esto desarrollado mediante el uso estratégico de Big Data y su correspondiente análisis. Un aspecto que se vuelve relevante y a la vez muy poderoso es precisamente, ligar lo que sucede en el ecosistema digital y la información que se obtiene de cada consumidor, con lo que sucede en las tiendas, ya sean físicas o digitales. Cuando una marca lo entiende, invierte en ello y ejecuta acciones en el punto de venta basadas en los datos, el éxito se vuelve una consecuencia inmediata.